Como veremos más adelante, las redes inalámbricas son aquellas
que no utilizan cables para lograr la comunicación entre los
dispositivos. Es decir, para establecer una comunicación inalámbrica
no se requiere de un medio (ya sea cables, aire, éter u otro similar),
para ello se usan las ondas electromagnéticas. Por eso, cuando
dibujamos una línea en los diagramas de topología para una red
inalámbrica, eso representa una (posible) conexión que se está
llevando a cabo. Además es de notar que la comunicación inalámbrica
es siempre en dos sentidos ( bidireccional).
De la misma forma que se tratan las topologías en redes de
cables, podemos seleccionar las más convenientes para nuestra red
inalámbrica. Veamos ahora cuáles topologías de red pueden aplicarse
en nuestras redes inalámbricas.
La principal utilizada (y que podríamos decir es un modelo a seguir en
una red inalámbrica) es la
topología Estrella, en la que, recordamos, existe
un concentrador que vincula todos los nodos.
Si quisiéramos implementar un Bus, veríamos que, generalmente,
no es posible, ya que cada nodo se conecta con los demás nodos por
un cable en común y para una red inalámbrica esto sería equivalente
a una red Malla trabajando en un canal único.
La topología Árbol es usada comúnmente por los ISP (Internet
Service Provider; en español se traduciría como proveedores de
servicio de Internet) inalámbricos.
Por último, sería muy raro tratar de implementar en una red
inalámbrica una topología Anillo, ya que en esta topología cada
dispositivo debe funcionar correctamente para asegurar el
funcionamiento de una red operativa. Estas redes existen, pero son
muy dificiles de encontrar en el mundo real.
La principal ventaja de las redes con topología Anillo es su
arquitectura y ampliación sencilla. Además, a diferencia de una
topología de bus, las redes en anillo evitan las colisiones ya que
transmiten información en un solo sentido.